Cefaleas tensionales: qué son causas y tratamiento

Cefalea tensional: síntomas, causas y tratamiento

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Las cefaleas tensionales son el tipo más común de dolor de cabeza. Suelen estar relacionadas con el estrés, la tensión muscular en el cuello, los hombros o el cuero cabelludo, y factores emocionales como la ansiedad. A diferencia de las migrañas, las cefaleas tensionales no suelen acompañarse de náuseas, vómitos ni alteraciones visuales. El dolor es típicamente leve a moderado, de tipo opresivo o como una banda apretada alrededor de la cabeza, y suele afectar ambos lados de forma simétrica.

Las cefaleas tensionales pueden durar más o menos tiempo dependiendo del tipo que sea. Aunque no suelen ser incapacitantes, pueden afectar la calidad de vida si se presentan con frecuencia. El tratamiento incluye analgésicos comunes, técnicas de relajación, fisioterapia y cambios en el estilo de vida para reducir el estrés. En nuestra clínica de fisioterapeutas en Madrid encontrarás profesionales espacilizados en el tratamiento de cefaleas.

Clasificación de las cefaleas tensionales

La clasificación de las cefaleas tensionales se basa principalmente en su frecuencia y duración, y se dividen en dos grandes tipos: cefalea tensional episódica y cefalea tensional crónica.

Cefalea tensional episódica

Esta es la forma más común. A su vez, se puede subdividir en:

  • Infrecuente: ocurre menos de 1 vez al mes (menos de 12 días al año).
  • Frecuente: se presenta entre 1 y 14 días al mes durante al menos 3 meses.

En ambos casos, el dolor suele durar desde 30 minutos hasta varios días, y es de intensidad leve a moderada. No suele impedir las actividades diarias y no se agrava con el ejercicio físico.

Cefalea tensional crónica

Se diagnostica cuando la cefalea ocurre 15 o más días al mes durante más de 3 meses (es decir, al menos 180 días al año). Es más debilitante y persistente, con una presión constante que puede variar en intensidad, pero que rara vez es incapacitante. A menudo se asocia con trastornos del sueño, ansiedad o depresión, y puede requerir un enfoque terapéutico más integral, combinando tratamiento médico, psicológico y cambios en el estilo de vida.

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Causas y factores desencadenantes

Las cefaleas tensionales pueden tener múltiples causas o desencadenantes, que suelen estar relacionados con el estilo de vida, el estado emocional y factores físicos. Aunque su origen exacto no siempre es claro, hay varios elementos bien identificados que pueden contribuir a su aparición:

Factores musculares y físicos

Uno de los principales desencadenantes es la tensión muscular en el cuello, la cabeza y los hombros. Esta tensión puede deberse a una mala postura (especialmente al estar mucho tiempo frente a pantallas), bruxismo (rechinar los dientes), fatiga ocular o falta de descanso. En nuestro día a día debemos estar demasiado tiempo en posición sentada, que aunque no es lesiva en sí misma, es irritante si se mantiene mucho en el tiempo. Los espasmos musculares y la rigidez en estas áreas pueden estimular los nervios y vasos sanguíneos que generan la sensación de dolor.

Factores emocionales y psicológicos

El estrés es quizá el desencadenante más común. Situaciones de presión emocional, ansiedad, preocupaciones constantes o incluso estados de depresión pueden aumentar la tensión muscular y sensibilizar el sistema nervioso, facilitando la aparición del dolor. Muchas veces, las cefaleas tensionales aparecen al final del día, cuando el estrés se ha acumulado.

Hábitos de vida

Dormir mal, saltarse comidas, el consumo excesivo de cafeína o alcohol, la deshidratación y el sedentarismo también son factores contribuyentes. Además, cambios bruscos en el ritmo de vida o incluso el uso excesivo de analgésicos (en casos crónicos) pueden empeorar o mantener las cefaleas en el tiempo. Al cuerpo le gustan los cambios progresivos, por lo que las disrupciones en la rutina diaria pueden ayudar a su reproducción. 

En general, estas cefaleas son multifactoriales, lo que significa que suele haber una combinación de causas. Por eso, un abordaje efectivo muchas veces incluye no solo medicamentos, sino también técnicas de relajación, ejercicios de estiramiento, higiene del sueño y apoyo psicológico.

Síntomas asociados

Las cefaleas tensionales se manifiestan principalmente como un dolor de cabeza, pero en algunos casos pueden ir acompañadas de síntomas asociados, aunque estos suelen ser más leves y menos específicos que en otros tipos de cefaleas, como las migrañas. 

Además del dolor, algunas personas pueden experimentar tensión o rigidez muscular en el cuello, los hombros y el cuero cabelludo. También es común la sensibilidad en la zona del pelo, especialmente al tocarla. En ocasiones, la cefalea puede acompañarse de una leve dificultad para concentrarse o una sensación de confusión mental. Es frecuente que quienes sufren cefaleas tensionales refieran sentir una fatiga general o agotamiento, y en los casos crónicos, pueden aparecer alteraciones del sueño, irritabilidad o incluso un estado de ánimo bajo debido a la persistencia del malestar.

A diferencia de las migrañas, las cefaleas tensionales no suelen ir acompañadas de síntomas como náuseas, vómitos o sensibilidad exagerada a la luz y al sonido. Cuando estos síntomas aparecen, es importante considerar la posibilidad de otro tipo de dolor de cabeza o incluso una combinación de varios tipos.

Diagnóstico de las cefaleas tensionales

El diagnóstico de la cefalea tensional se basa principalmente en la historia clínica y en una evaluación de los síntomas. No existe una prueba específica (como un análisis de sangre o una imagen) que confirme este tipo de cefalea, por lo que el profesional sanitario se guía por las características del dolor que describe el paciente. Es fundamental identificar la forma en que se presenta el dolor: si es de tipo opresivo (como una banda), bilateral, de intensidad leve a moderada, y si no empeora con la actividad física. También se considera si está acompañado o no por síntomas como náuseas, vómitos o molestias a la luz o al sonido, que suelen estar ausentes en la cefalea tensional.

El profesional realizará una exploración física, especialmente de la cabeza, cuello y hombros, para detectar puntos de tensión muscular. Si el dolor es persistente, inusual, muy intenso, o viene acompañado de signos de alarma (como fiebre, confusión, debilidad, alteraciones visuales bruscas o inicio súbito), se podría solicitar pruebas complementarios para descartar otras causas más graves.

Tratamiento de las Cefaleas tensionales con Fisioterapia

El tratamiento de las cefaleas tensionales desde la fisioterapia se centra en aliviar la tensión muscular y mejorar la movilidad en las áreas del cuello, hombros y espalda alta, que son las principales zonas afectadas. El objetivo es reducir los factores físicos que contribuyen al dolor y prevenir futuros picos de dolor.

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Uno de los enfoques más comunes en fisioterapia es la terapia manual, que incluye técnicas como masajes terapéuticos o movilizaciones articulares. Estas técnicas ayudan a aliviar la rigidez muscular, mejorar la circulación sanguínea y reducir el estrés en las zonas musculares que suelen estar más rígidas o sobrecargadas.

Además, los fisioterapeutas suelen emplear ejercicios y movimientos para mejorar las capacidades de las estructuras, regular la postura y reducir la tensión en la musculatura implicada. Consulta a nuestros fisioterapeutas en Zenit Chamartín sobre el tratamiento de cefaleas tensionales. 

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